¡No Entierres Tu Talento!


Hemos sido llamados a usar nuestros talentos y habilidades para darle gloria a Dios.

"Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres." Colosenses 3:14

TALENTO

La Real Academia de la Lengua Española define "talento" como "la capacidad para desempeñar o ejercer una actividad." Los seres humanos venimos a este mundo con talentos y habilidades especiales dadas por Dios que nos caracterizan, nos ayudan en nuestro desarrollo y hasta moldean nuestra personalidad. Unos se destacan en los deportes, otros en la música, otros en el canto, la pintura, los idiomas, etc. Lamentablemente, aunque todos tenemos talentos, no todos llegamos a descubrir, desarrollar o ejercer a capacidad nuestras habilidades; esto debido a varios factores internos y externos entre los cuales podríamos citar: el miedo, la ignorancia, la falta de recursos, la falta de guía o motivación, etc.

DIFERENCIA ENTRE TALENTO Y DON

Muchas veces confundimos los talentos y habilidades humanas con los dones del Espíritu Santo así que es bueno que recordemos la diferencia. Los dones del Espíritu Santo, a diferencia de los talentos y habilidades con que nacemos, son habilidades sobrenaturales dadas por Dios a sus hijos para la edificación espiritual, exhortación y consuelo de su iglesia. Existen varios pasajes en la Biblia que nos hablan sobre los dones del Espíritu Santo, entre estos podemos citar Romanos 12:3-8 y 1 Corintios 12:8-10,

ENTERRANDO DONES Y TALENTOS

Es bueno notar que aunque los dones y los talentos difieren en como y cuando son entregados a cada persona, su propósito es siempre el mismo: la gloria de Dios. Cuando no ejercemos nuestros dones y talentos para la gloria de Dios cometemos el mismo error de aquel siervo infiel que en la Parábola de los Talentos (Mateo 25:14-19) optó por enterrar o "esconder su talento en tierra". Cuando su señor regresó y se dio cuenta de lo que este siervo había hecho se enojó mucho con él y lo llamó "siervo malo y perezoso...", despojándole así de todo lo que le había dado.

¿ERES UN SIERVO FIEL O PEREZOSO?

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Por Emanuel Betances / Se permite la reproducción citando la fuente
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