¿Jesús?...no, no sé quien es :-S

Anunciar el evangelio a toda criatura, en todas las razas y en todos los pueblos del planeta es un asunto de adoración.

Hace unos pocos meses atrás esta realidad cobró un significado en mi vida como nunca antes. En la cima de una montaña en una remota región de un país del sur de Asia, hay una pequeña villa de unos 200 habitantes. El evangelio nunca había llegado hasta ese lugar. Con un grupo de cristianos llegamos allí para hacer caminatas de oración buscando el hombre de paz, que pudiera abrirnos la puerta a ese lugar. Y lo encontramos! Ya no recuerdo su nombre, pero su cara ha quedado marcada en mi corazón, por siempre. El no conocía de Jesús. Con 70 años, nunca en su vida había escuchado la palabra Jesús! Ni por Navidad, ni por pascua, ni por una iglesia, ni por una radio o un cristiano, porque nada de esto existe allí.

Con la ayuda de un traductor le contamos la Biblia en forma cronológica: la creación, Adán y Eva, Caín y Abel, Noé y el diluvio, Abraham, Isaac y Jacob, Moisés y el pueblo de Israel, la Pascua, la sangre del cordero en el dintel, la conquista de la tierra prometida, los profetas, la promesa del Mesías, la estrella en Belén, los reyes, los pastores, el establo, Jesús en el templo con los maestros, las bodas de Caná, los 12 discípulos, su muerte, y su resurrección, Jesús el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!

Finalmente después de escuchar la Biblia narrada por media hora tuvo su oportunidad, única, inesperada personal. Por primera vez en su vida había escuchado de Jesús el Salvador, que ama y perdona pecados, y por primera vez podía decidir si quería rendirle adoración por siempre, o sencillamente rechazarlo y negarlo.

El decidió adorarle. Ese día entregó su vida a Jesús y su eternidad nunca será igual.

Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. Hechos 1.8 NVI

Cuando leemos Hechos 1.8 ¿que leemos? Leemos sobre el Espíritu Santo, sobre el poder (que nos gusta mucho) y sobre ser testigos, pero lamentablemente nos bloqueamos en el Judea, y de ahí no avanzamos. La realidad es que nos cuesta el Samaritano, lo rechazamos, no nos cae bien, y generalmente ni tenemos tiempo o energía para buscar recursos, para pensar en el de lo último de la tierra y es así que los olvidamos.

Pero Jesús no se olvida de ninguno de ellos. Los conoce muy bien, tanto que conoce su nombre, saben donde viven, quienes son su familia, cuales son sus temores, y cuanto necesitan de una relación con El. Jesús los conoce tanto, que estuvo dispuesto a morir por ellos también en el Calvario, no solo por ti o por mi, también por ellos, para que se pudieran unir en la celebración de Apocalipsis 7.9-10:

Después de esto miré, y apareció una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con ramas de palma en la mano. Gritaban a gran voz: «¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!»

Evangelizar tiene que ver con un corazón apasionado por adorar a Jesús, y el hacer posible que los que no tienen oportunidad de decidir adorarlo la tengan. ¡Levanta un culto de adoración a Jesús allí donde el evangelio nunca fue predicado!

Vale la pena invertir para llegar “hasta lo último de la tierra” y marcar una diferencia en aquellos que no tienen ninguna oportunidad de escuchar.

¡Se protagonista, toma tu lugar e impacta el mundo!

¡El pastor Mauricio Alvarez es un apasionado por Dios y las naciones!
Es Director Ejecutivo de la Cooperación Misionera de los Hispanos de Norteamérica (COMHINA)
Twitter: @mauricioalvrez
Facebook.com/COMHINA

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