No La Desprecies


"Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud." Colosenses 2:6-7

Al estudiar el libro de Colosenses, mi esposa y yo nos preguntamos, ¿Quién tiene el derecho de corregirnos? ¿De quién aceptaríamos corrección? 

A cada rato se escuchan comentarios como: “¿Quién se cree? ¡ni siquiera es de mi congregación!”, cuando una persona es amonestada, exhortada o corregida por algún pecado. Nos cubrimos, nos defendemos y nos hacemos del oído sordo bajo el abrigo de la autonomía de la iglesia, cuando algún hermano o hermana de otra congregación, concilio o grupo cristiano, ve algo en nosotros que no es agradable a Dios.

La epístola de Colosenes fue escrita para los creyentes de Colosas y de Laodicea. Resultó ser que unos maestros llegaron y empezaron a enseñar falsas doctrinas y prácticas que en apariencia nacían de la sabiduría y del entendimiento, pero que en realidad se basaban en filosofías y huecas sutilezas, conforme a tradiciones humanas y los rudimentos del mundo (Col.2:8,23). El resultado de esto era el ascetismo, la adoración y veneración de ángeles (2:18-23), y las consecuencias de estas prácticas terminan en la privación del premio, o comunión con Cristo (2:18).

Si Pablo estuviera en la tierra hoy día, ¿a quién le escribiría epístolas? ¿Nuestra congregación contaría con una epístola Paulina? ¿Cuál sería el contenido? ¿Por qué somos tan listos y prestos a obviar lo que el Señor nos dice y nos corrige, simplemente porque el instrumento que elige no es de nuestro concilio o congregación? Pablo no era conocido por los Colosenses (2:1), y sin embargo les escribió, los amonestó, corrigió, y ellos lo aceptaron. La evidencia de esto es que aun tenemos la epístola de Colosenses.

Nuestro llamado es que la próxima vez que se nos llame la atención en algún aspecto de nuestras vidas, prácticas, hábitos o que seamos confrontados por la Palabra de Dios al no vivir a la altura del carácter de Cristo, no descartemos la corrección porque el instrumento que Dios elige usar no sea una persona de nuestra confianza o siquiera una persona conocida.

De esta manera nos aseguraremos de no privarnos del premio.

¡Bendiciones abundantes en Cristo!
Escrito por Nathan & Yirenni Paden
Nathan Carl Paden nace un 7 de octubre de 1977 en Pavía, mientras sus padres servían como misioneros en Milano, Italia. Recibió el llamado al ministerio a los 14 años de edad. Se caracterizó por ser un niño sensible a las necesidades de quienes le rodeaban. Poniendo a un lado el sueño de emprender una carrera como futbolista, ingresa al Sunset Bible Institute, en Lubock, Texas, para formarse como ministro de jóvenes.

Yirenni Pérez nace un 10 de Junio de 1986 en Santo Domingo, República Dominicana. Desde pequeña fué instruída en el evangelio y mostró especial interés en las misiones a los trece años. Con la firme convicción de haber sido apartada para el ministerio, ingresa a la Universidad Autónoma de Santo Domingo para obtener un grado en Psicología.

Se unieron en matrimonio el 27 de Mayo de 2012 y actualmente sirven como misioneros en la República Dominicana, enfocados en que la juventud conozca a Cristo y se apasione por él y su Palabra. Además de trabajar en pro de la unidad del cuerpo de Cristo.
Puedes seguirlos en las redes sociales: @NathanPaden y @YirenniPerez.
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Por E. Betances  / Se permite la reproducción citando la fuente


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